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Resulta extraño hablar de una misma. Mi vida no es más que un conjunto de eventos y logros. Los hechos y experiencias más importantes no pertenecen a las cámaras secretas de mi corazón, pero sí la forma en que las viví y sentí. Todas las personas con las que he podido compartir los sinsabores que la vida me deparaba, en especial mi familia, suponen el mayor de los regalos. Parte de lo que soy es gracias a ellos y a su amor, que me ofrecen de manera incondicional y generosa, y me apoyan y acompañan a lo largo del camino.

Os dejo mi biografía a continuación:

Nací en Madrid, y viví gran parte de mi adolescencia y juventud en el barrio de Chamartín. Tuve una infancia normal, como la de cualquier niña, con sus juegos, el colegio, los amigos. Mi interés por la lectura comenzó a los 13 años, cuando mi abuelo me prestó un libro de su biblioteca que me hizo soñar y disfrutar.

Tras su jubilación, mis abuelos se desplazaron a un pueblecito de Ávila, en donde yo pasaba todos los veranos, y cada noche el abuelo nos leía a mi hermano y a mí el artículo que publicaría al día siguiente en el Diario de Ávila, donde colaboraba como columnista. Recuerdo que yo era muy pequeña y a veces no comprendía todo lo que nos contaba, pero sus textos de alguna manera me invitaban a la reflexión y alimentaban mi imaginación para crear nuevas historias en mi cabeza. También él despertó el gusto por la música, especialmente la clásica. Me premiaba con un regalito, un dulce, o lo que se le ocurriera si, después de escuchar una pieza, adivinaba a quién pertenecía, cuántos instrumentos de viento o cuerda sonaban, y en qué forma se tocaban. Lo que en un principio me pareció una práctica aburrida, terminó apasionándome. Más tarde, cuando gané mi primer concurso de narración en el colegio, a punto de cumplir los catorce, comencé a escribir poemas y relatos cortos, como un hobby y en secreto.

Mi hermano fue el otro ‘culpable’ de que mi adoración por la música se desarrollara de forma más extensa. Era el “Wikipedia” de entonces, un locutor de radio frustrado, un apasionado con una habilidad y sensibilidad especiales para la música. Él me dio a conocer la música de los años ochenta dentro de un amplio abanico de estilos. Desde el pop más clásico hasta el hard metal más descabellado.

Empecé a trabajar muy joven, a los 18 años, y combiné mis estudios con el trabajo y mis otras dos pasiones, la danza y la música, durante casi siete años. Cuando cumplí los 25, ya llevaba 5 años trabajando en finanzas. Me especialicé en Riesgos, y concluí mis estudios en el 2008 con un Master MBA que cursé en la Universidad Europea de Madrid. Fue una experiencia intensa, agotadora, pero apasionante. Conocí gente y profesores encantadores con los que actualmente mantengo contacto.

Durante un periodo de mi vida, el amor, el trabajo y la salud me sonreían, hasta que explotó la crisis en España y me pasó factura tanto en el amor como en el trabajo. Sin embargo, las situaciones desfavorables nos proporcionan un mayor aprendizaje y el instinto de lucha se despierta, aportándonos coraje para levantarnos todos los días y generar las ideas más geniales. Al mal tiempo le puse buena cara y una noche, escuchando una canción de los años ochenta, aprecié un sentimiento tal de nostalgia que me incitó a investigar sobre ese grupo en YouTube durante toda la noche. Días después escribí un capítulo que hoy forma parte de mi novela: “El Encuentro”. Enterrado en un cajón durante tres meses, una noche de insomnio decidí que esa historia debía continuar y, sin quererlo, poco tiempo después tenía escrita una trilogía. Después de que un familiar lo leyese y me animase a publicarlo, trabajé en la novela durante otro año, para mejorar algunos capítulos y afinar mi estilo, y aquí os presento el resultado. Soy principiante en esta materia; la escritura me aporta libertad, me traslada a un mundo donde dejo volar mi imaginación a su capricho para que me ayude a crear historias cargadas de magia y encanto. Aunque tal vez solo mi entorno más cercano lea mis novelas, sé que escribiré hasta el fin de mis días, porque es la mejor manera de compartir los sentimientos que suscitan mis personajes y que, de una forma u otra, también cohabitan en mí.

Una parte de mí es perfeccionista, metódica y organizada. La otra es loca, apasionada, creativa y sensible, y de esa arriesgada mezcla surge Virginia D. Kher.

Gracias a todos por acompañarme en esta nueva y desconocida faceta de mi vida. Cada uno de vosotros contribuís con vuestro granito de arena leyendo las páginas de Del color del océano, mi primera novela publicada.

Y es que… ¿qué haríamos los escritores sin lectores, y los lectores sin escritores?… ?